Se
podría definir de manera sencilla como una especie de concentración, pero no solamente
a nivel mental, sino más global, una concentración de la acción en su conjunto,
integral, que implica utilizar todos los recursos disponibles para la obtención
de una meta.
Este
aspecto es capaz de desarrollar todos los demás. Es tan importante comprender
la esencia invisible de esta variedad de concentración que llamo voluntad, que
sin esta aprehensión interna, es prácticamente imposible conseguir nada.
Es
complicado establecer unas nociones comunes a través de simples palabras que no
llegan a expresar el alma y la esencia de la voluntad. Por este motivo, usaré metáforas
y ejemplos afines en otras áreas más asequibles y específicas, donde el margen
de mal interpretación sea menor, aunque nunca llegará a ser nulo. Obviemos las
etiquetas, una vez que se aprese el sentido de su esencia, cada uno le puede
dar la que desee. El frasco no hace cambiar el contenido.
Lo
que coloquialmente denominamos voluntad pasa por ser un alto grado de deseo,
del querer. Solemos hablar de fuerza de voluntad y por ello entendemos fuerza
de empeño para conseguir algo que no tenemos. Voluntad es focalizar la acción
en una dirección.
¿Se
puede entrenar la voluntad? Inicialmente puede parecer que no, puesto que al
ser el motor que empuja todo, si no lo tenemos desde principio, no podríamos
usarla ni siquiera para entrenar. Nadie nos puede imponer que la tengamos, pero
sí pueden provocar que la hagamos aparecer. Entonces, ¿a qué esperar el
estímulo externo para hacerla nacer?
Usamos
la voluntad para finalizar unos estudios, conseguir un trabajo, superar una
dificultad, etc. Es usando la pequeña voluntad humana, que se aprende a
desarrollar su verdadero poder. No nace por imposición, sino por convencimiento
interno, va desde dentro hacia fuera.
Luego,
en última instancia, vemos que sí se puede educar y hacer crecer.
La
verdadera Voluntad tiene tintes de impulso, de bravura, de coraje, pero no se
queda aquí. Se lanza a conseguir lo que no tiene, lo que no ve, lo que aún no
es. Saca de la zona de confort y lleva a terrenos desconocidos. Su antítesis es
la pereza y el conformismo.
También
tiene el aroma de la perseverancia, de la resolución, de la firmeza y de la
constancia.
Cuando
dirige a la mente y a la emoción, como un conjunto indisoluble, se realiza la
maravilla de la creación.
La
Voluntad usa de la disciplina, sobrevive al tiempo, a las dificultades, a la
ignorancia, lo traspasa todo para conseguir su finalidad.
La
mayoría de los seres humanos aún no la hemos despertado en su verdadera
dimensión, tenemos voluntades pequeñas que se suelen torcer con el primer revés
de la vida. La real Voluntad yace dormida en lo más profundo de nuestra esencia
y una vez que se activa nada puede desviarla.
Más
que entrenarla, lo que cabe es despertarla y fortalecerla comenzando desde
nuestra pequeña voluntad humana. Cuando decidimos poner en marcha la voluntad
hemos de hacerlo invocando la armonía con el resto de seres, no debiéramos caer
en la tiranía de imponer nuestra voluntad al resto del mundo, rompiendo los
planes y esquemas que ya estén en curso para otras partes del universo, debemos
evitar chocar con otras voluntades puestas en acción, es necesario encontrar la
sintonía y la armonía con las de los demás.
Una
vez sincronizada nuestra voluntad con la vida, deberíamos vivir la realidad de
que ya no hay vuelta atrás, las demás opciones desaparecieron, tu vida ya ha
cambiado y no volverá a ser la misma, sin apego a lo anterior, libérate con la
fuerza de saber que lo vas a conseguir con toda seguridad, porque ahora ya estás
usando la fuerza del universo en armonía con el resto de seres.
La
Voluntad funciona como un imán que alinea todo nuestro ser en pos del objetivo
que hay tras ella.
Al
no poderse imponer a nadie que tenga voluntad, la labor consiste en hacerla
surgir de forma natural desde dentro. De no ser así, estaríamos intentando obtener
una imagen holográfica de la voluntad a través de elementos como la disciplina.
Es muy diferente que la disciplina tire inicialmente para invocar el nacimiento
de la verdadera reina, la Voluntad, a que ésta tire de la disciplina para poder
cumplir su objetivo. Lo primero puede sucumbir, lo segundo tiene el éxito
asegurado.
Quien
se acerca al mundo del Tai Chi Chuan, normalmente no lo hace por voluntad, sino
por probar. Si algo de este maravilloso mundo le llega a tocar su fibra
interna, entonces se impone una disciplina de horario y esfuerzo. Como esto por
sí solo tampoco es válido, necesita echar mano del aspecto perseverancia y constancia
en el tiempo. Si se profundiza lo necesario con estos elementos es posible despertar
alguna vez la verdadera Voluntad.
En
el universo del Tai Chi Chuan, los movimientos y proyecciones se realizan por
pura voluntad. La realidad consiste en desarrollar la intención hacia todo
aquello que se hace, tanto lanzando el Qi, como esquivándolo, ya sea alzándolo,
girándolo o hundiéndolo. Todo se ejecuta acoplando la Voluntad a la esencia de
cada momento, unificándolo en un todo armónico y sin fisuras. Voluntad en
recrear la Esencia. Nada se hace por rutina, nunca se realiza por cumplir con
el patrón de movimientos del estilo que practiquemos.
Antes,
se podría decir que la práctica de este Arte era un pasatiempo, ahora ya no,
porque la Voluntad lo ha atravesado por completo y lo ha alineado todo, desde
el cuerpo, la respiración, las emociones, la mente, su forma de vida, de
conexión con los demás, de alimentarse, de descansar, etc.. Todo está imantado
por la Voluntad..
La
Voluntad y la verdadera Aspiración van de la mano. Busca tu Anhelo dentro de ti,
haz silencio y deja de oír lo que te dicen desde fuera, deja de oír también lo
que tus pensamientos te dicen, sigue sólo a tu Conciencia. Mantén silencio
hasta que aparezca la Aspiración de tu vida, refulgente como un sol que da
sentido a tu existencia.
Cuando
se atisba la real naturaleza de la esencia de la Voluntad, percibimos que tiene
una fuerza más allá de lo humanamente comprensible.
Esa
fuerza, cuando la enfocamos mediante la adecuada atención y la correcta
concentración, produce maravillas, transforma tu ser, trasmuta el mundo y el
universo que te rodea.
Medita
y conecta con la esencia de la Voluntad, aprenderás a usar su fuerza y verás
que no es de este mundo, que es mucho más fuerte que tú y proviene de las
profundidades del universo.