domingo, 26 de agosto de 2018

SUBLIMACIÓN DE LOS PRINCIPIOS

En este sencillo y humilde trabajo voy a ir describiendo cómo los principios del Tai Chi Chuan me sirvieron para crearme de nuevo. Además de aplicarlos al entrenamiento de la forma, los he ido aplicando al entrenamiento de la vida diaria, a la construcción de la armonía interior, de la paz.

Los principios están ahí, el apresarlos es cuestión de resolución, tiempo y paciencia.

Dónde aplicarlos depende de ti, los límites los estableces tú, no tiene por qué agotarse con la práctica de la forma del Tai Chi Chuan; es más, debería extenderse más allá para que abarque lo que aún no está en sintonía con lo Uno, para recobrar la salud y la integridad.

De esta forma he ido elevando el plano vibratorio de aplicación de los maravillosos principios del Tai Chi, que, en el fondo no son otros que los principios que usa nuestra madre Naturaleza

Primero, plasmarlos a nivel físico, con sus cambios, proyecciones, suavidad y flexibilidad.

Más tarde hay que desarrollar la capacidad de ir aplicándolos a nivel energético, con los diferentes tipos de respiración, circulación, condensación y vibración.

El siguiente paso que yo uso es el de integrar lo conseguido en cada momento y no abarcar más de lo que podemos en realidad. Me refiero al hecho de aprender a aplicar los principios en el cuerpo físico y en el pránico o energético a la vez, en plena sintonía y armonía entrelazada de los dos.

Con este método, tal vez se vaya más lento, pero el avance es firme como una montaña.

Después se comienza con el plano emocional, distinguiendo claramente los componentes Yin y Yang como paso previo y obligado para poder entablar una relación bella y armónica con los diferentes elementos. Así aprenderemos que el cambio a este nivel pasa a ser fluido, sin contradicciones, libre, pero a su vez, controlado de forma natural. Aunque parezca irreconciliables, se puede mantener emociones sanas, libres y educadas en los principios del equilibrio.

Antes de abarcar el siguiente nivel, se ha de organizar e implementar todo lo que hasta ahora se ha conseguido. Moverse sin limitaciones, con naturalidad, ejercitar la respiración y energía de manera fluida y constante, sin interrupciones y todo esto manteniendo una emoción pacificada y serena, acorde con el conjunto.

El próximo nivel de aplicación de los principios es a nivel mental: dentro-fuera del cuerpo, de la energía y de las emociones; lleno de conocimientos, pero vacío de pensamientos, dirigiendo todo lo hasta ahora conseguido. Firmeza, resolución y claridad.

Cuando se haya integrado todo, entonces sí que podremos afirmar que no solo practicamos TaiChi Chuan, sino que entrenamos el arte de la sublimación, el arte de Vivir, entrenaremos la conciencia de lo UNO. Ya no existe un fuera-dentro, alto-bajo, fuerte-flexible. Sólo existe TAO.

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